El Padre José Manuel Otaolaurruchi católico, perteneciente específicamente de la congregación de los Legionarios de Cristo, constato uno de los mas bello y grandes milagros eucarísticos. Donde nuevamente se reafirma la fe en Jesús eucarística, cuerpo y sangre viva presente en el altar.
«Hace unas semanas estuve en Brasil y me llamó la atención saber que las bodas, salvo contadas excepciones, se realiza el rito del matrimonio sin la santa misa. Pregunté el motivo y la razón que me dieron fue que así se hacía para proteger la dignidad de la Eucaristía ya que si se celebrara la misa todos los invitados pasarían a comulgar porque no creen en la presencia real de Cristo en las especies consagradas del pan y del vino. Se les da la comunión a los novios y padrinos después de haberse confesado y preparado debidamente.»
El respeto a la Eucaristía es una expresión de nuestra fe. ¡Cuántas oportunidades tenemos los católicos de testimoniar nuestra fe a través del cuidado de nuestro comportamiento en la Iglesia, sea cuando estamos de rodillas, sea guardando silencio dentro del templo u orando con el fervor de quien se sabe que está en presencia de Dios!
Si la Eucaristía fuera un símbolo, un timo, los satánicos no la buscarían con tanto empeño para profanarla. ¡Qué ironía! Los demonios no tienen dudas de fe porque están plenamente convencidos de la presencia divina de Cristo en el pan consagrado.
Si la Eucaristía fuera un engaño, la profanación de las especies sacramentales, no estaría penada con la excomunión reservada al Santo Padre.
Como testimonio actual nos puede iluminar el caso del doctor Ricardo Castañón, especialista en el cerebro humano, ateo en cuanto a sus creencias religiosas. A este doctor el Vaticano pidió que verificara unas muestras de un milagro eucarístico acaecido en el año 1992 en la ciudad de Bueno Aires. El hecho se dio cuando una persona recogió del suelo una hostia consagrada y la devolvió al sacerdote. El padre la puso en un recipiente con agua limpia para disolverla y la guardó en el tabernáculo. A la semana cuando el sacerdote fue por ella se dio cuenta de que el agua se había convertido en sangre.
La Iglesia encargó a este científico el análisis del líquido y por los resultados del laboratorio se dio cuenta que coincidía con el grupo sanguíneo del tejido de ventrículo izquierdo del miocardio de la sábana santa y del resto de los milagros eucarísticos reconocidos en diversas partes del mundo. Este milagro logró su conversión y el doctor afirmaba que en la Eucaristía la ciencia y la fe se encuentran.»
Este mismo milagro se realiza cada día en todos los altares del mundo donde Dios nos ofrece en la santa misa el pan vivo y el pan de la vida que es “su carne para que el mundo tenga vida” (Jn 6,51).
Cuerpo de Cristo